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Autoestima

¿Qué es la autoestima?

Hay diversas maneras de entender lo que es la autoestima.  Sin embargo, podríamos decir que es el sentimiento valorativo de nuestra manera de ser, de quienes somos y del conjunto de características físicas, cognitivas, afectivas y sociales que configuran nuestra personalidad. La autoestima se va formando gradualmente desde que nacemos, aunque es a partir de los 5 a 6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo nos ven los adultos (padres, maestros), compañeros y amigos, y comenzamos a sintetizar las experiencias que vamos adquiriendo. A medida que crecemos, vamos recopilando nuevas vivencias que afectan positiva o negativamente en la propia estima.

La autoestima y las percepciones derivadas de ella, influyen en la forma que afrontamos la vida y, por ende, en muchos fracasos y éxitos tanto académicos como personales. Una autoestima sana claramente potencia nuestra capacidad para desarrollar talentos y aumenta la sensación de seguridad, tan necesaria para el logro de metas.

La autoestima tiene varias dimensiones o aspectos a considerar:

  • Dimensión Física: Se refiere a la sensación de sentirse atractivo físicamente.

 

  1. Cuando te miras al espejo ¿qué sientes? ¿Alguna parte de tu cuerpo te molesta?
  2. Cuando vas a comprar ropa ¿te sientes bien con lo que te pruebas?

 

  • Dimensión Social: Tiene que ver con el sentirse aceptado o rechazado por los pares; se relaciona entonces con el sentido de pertenencia a un grupo, las habilidades sociales, la iniciativa para relacionarse con otros, la asertividad para solucionar  conflictos y el sentido de solidaridad.

 

  1. Cuando sales a la calle ¿caminas con seguridad o tratas de pasar inadvertido?
  2. ¿Te sientes parte de un grupo de amigos?
  3. ¿Sientes que tienes las herramientas necesarias para hacer nuevos amigos o integrarte a un nuevo grupo?
  4. Cuando tienes problemas con tus amigos ¿puedes solucionarlos adecuadamente?
  5. Cuando alguien necesita algo, ¿estás dispuesto a dar ayuda? ¿por qué? (¿para quedar bien?, ¿para que te valoren? o ¿sólo por ayudar...?)

 

  • Dimensión Afectiva: Se refiere principalmente a la auto percepción de las características de personalidad.

 

¿Cómo te sientes?:

  1. Simpático o antipático.
  2. Estable o inestable.
  3. Valiente o temeroso.
  4. Tranquilo o inquieto.
  5. Generoso o tacaño.
  6. Etc.

 

 

  • Dimensión Académica: Se refiere a la auto percepción sobre las capacidades para enfrentar con éxito las situaciones de la vida estudiantil, rendir bien y ajustarse a las exigencias académicas. También incluye la autovaloración de las capacidades intelectuales, como la inteligencia, la asertividad y la constancia.

 

  1. Cuando estudias ¿crees que te va a ir bien o mal?
  2. ¿Piensas que a los otros les va ir mejor que a ti?
  3. ¿Sientes que te cuesta estudiar?
  4. ¿Crees a veces que no eres capaz de rendir bien?
  5. ¿Te pones muy nervioso cuando te enfrentas a exigencias académicas?
  6. ¿Te has sentido tonto o poco inteligente?, ¿has dudado de tus capacidades?
  7. ¿Preguntas las dudas en clase?

 

  • Dimensión Ética: Corresponde a la auto percepción acerca de la calidad como ser humano: sentirse responsable, trabajador, honesto, leal...  Tiene que ver con los valores y los sentimientos de culpa.

 

  1. ¿Identificas los valores que son importantes para ti?
  2. ¿Sientes que actúas coherentemente con esos valores?

 

            Hay que reconocer cuál o cuáles de estas dimensiones son las que más te complican y quizás te impiden ser feliz.

 

 

¿Cómo está tu autoestima?

Te sugerimos revisar este cuadro que muestra una comparación entre personas con una autoestima positiva y o bien negativa.

 

Persona con autoestima positiva

Persona con autoestima negativa

  • Usualmente se siente segura de sus acciones y de su capacidad para resolver problemas.
  • Habitualmente, tiene miedo de tomar decisiones y duda mucho después de haber actuado.
  • Se siente igual a cualquier otra persona a pesar de las diferencias en talentos específicos, características físicas o valóricas.
  • Suele sentirse inferior al resto, a quienes considera más capaces o más talentosos.
  • Cree firmemente en valores y principios,  y está dispuesta a defenderlos.
  • No se siente segura de sus valores, por lo que evita discusiones con otros.
  • Es capaz de reconocer errores y aprender de ellos.
  • Tiene dificultad para asumir errores, o bien se siente excesivamente culpable cuando se da cuenta de ellos, lo que le dificulta solucionarlos.
  • No emplea demasiado tiempo preocupándose por lo que haya ocurrido en el pasado, ni por lo que pueda ocurrir en el futuro.
  • Emplea bastante tiempo repasando lo que ha hecho y en variadas ocasiones tiende a sentirse culpable.
  • Se siente una persona interesante y valiosa para otros, por lo menos para aquellos con quienes se relaciona.
  • A menudo se siente poco interesante o atractiva para otros.
  • No se deja manipular por los demás, aunque está dispuesta a colaborar.
  • En ocasiones es fácilmente manipulable o influenciable.




 

 

  • Reconoce y acepta en sí misma sentimientos incluso negativos y está dispuesta a conversarlos con otra persona si le parece que vale la pena.

Le cuesta asumir sentimientos hostiles o negativos, y tiende a negarlos y a reservarlos; o bien, los manifiesta inadecuadamente (excesiva irritabilidad o agresividad).

  • Disfruta diversas actividades como trabajar, jugar, caminar, estar con amigos, etc.
  • Le cuesta relajarse y disfrutar a sus anchas.
  • Es sensible a las necesidades de los otros y respeta las normas de convivencia.
  • Está demasiado concentrada en sus propios problemas y le es difícil respetar normas o colaborar sinceramente con otros.

Desde el punto de vista académico, un alumno con buena autoestima es aquel que reconoce sus fortalezas y debilidades, pero que se sabe capaz, es decir, que siente que tiene las herramientas necesarias para salir adelante, aun cuando un ramo le cueste o tenga problemas con sus compañeros. En cambio, un alumno con baja autoestima académica, siente que no tiene las suficientes capacidades para lograr un buen rendimiento y que nunca va a destacar; dadas esas percepciones, usualmente no participa en clase, le da vergüenza opinar y prefiere pasar inadvertido, o bien,  compensa con conductas que llamen la atención y “tapen” la inseguridad: molestar en clase, desafiar al profesor, pelear con otros, etc.

¿Cómo mejorar la autoestima? Como ya se explicó, la autoestima es una construcción que se va forjando a lo largo de la vida, por lo que no es fácil cambiar el propio aprecio de un día para otro. Sin embargo, afortunadamente es producto de un aprendizaje, por lo que podemos mejorarla si nos esforzamos.

  • Una primera cosa importante, es saber que existe un círculo vicioso y otro virtuoso de la autoestima. El círculo vicioso se da cuando pensamos negativamente frente a nosotros mismos en una situación dada, nos sentimos de igual manera y terminamos actuando en congruencia. Por ejemplo, si pensamos que somos malos para Matemática, nos sentiremos poco inteligentes y actuaremos así: no preguntaremos las dudas, no estudiaremos (“para qué, si igual me va a ir mal”) y finalmente terminaremos cumpliendo nuestra profecía auto cumplida. Podemos revertir esta situación reconociendo  el círculo virtuoso, que se logra cuando nos concentramos en la conducta más que en los pensamientos. Por ejemplo, si en este mismo caso, nos preocupamos por estudiar más, por preguntar y pedir ayuda, probablemente obtendremos cierta mejoría en nuestro rendimiento (aunque sea poca inicialmente). Ello nos hará sentir mejor y percibirnos como más capaces.
  • Es esencial revisar las fortalezas y debilidades que tenemos: si el listado de debilidades es más extenso que el de fortalezas, hay que repasar lo que pensamos de nosotros mismos y esforzarnos en detectar virtudes y valorarlas. En este caso, una buena idea es consultar a otros cercanos qué cosas buenas ven en nosotros.
  • Una buena sugerencia es que explotes al máximo tus habilidades, a través de dedicación y persistencia; por ejemplo, si eres bueno para la música, aprende algún instrumento y hazte un experto, o si te gusta leer, averigua más sobre algunos autores.
  • También sirve darnos auto instrucciones positivas, deteniendo los pensamientos automáticos que tienes sobre ti mismo y tu desempeño. Por ejemplo, cuando pienses automáticamente: “me va a ir mal en esta prueba”, debes detener ese pensamiento y cambiarlo: “veamos, me puede ir bien”.
  • Si hay cosas que no te gustan de ti mismo, ve si están bajo tu control y si puedes hacer algo para cambiarlas. Por ejemplo, si no te gusta tu aspecto físico, ve si con un cambio en el cabello, una dieta más sana o con vestimenta apropiada mejorarías y te sentirías bien.
  • Es indispensable reforzar el grupo de amigos, buscando personas que sean positivas y que nos acepten tal cual somos, sin presiones.
  • Hay que trabajar las habilidades sociales, es decir, buscar aquellos aspectos que podemos mejorar en nuestras relaciones interpersonales. Por ejemplo, si somos tímidos, proponernos entablar una pequeña conversación con algún compañero; o bien, si somos muy conflictivos, aprender a moderarse y a decir las cosas de mejor manera, sin herir.