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Impulsando la Comprensión Lectora como Base del Aprendizaje Integral

A inicios del año escolar, tras revisar los resultados SIMCE y los diagnósticos aplicados en los distintos niveles educativos, se evidenció una situación preocupante: un claro déficit en la comprensión de textos por parte de los estudiantes. Esta debilidad no solo ha afectado la asignatura de Lenguaje, sino que ha tenido un impacto transversal en el rendimiento general en diversas áreas, incluyendo el aprendizaje de un segundo idioma. Es evidente que, sin una comprensión sólida en la lengua materna, los estudiantes encuentran serias dificultades al enfrentarse a otros lenguajes, ya sean académicos, matemáticos o extranjeros.

Esta constatación motivó la creación e implementación de un plan de intervención institucional, que buscó responder a este desafío de forma práctica y centrada en las necesidades reales del alumnado. El enfoque se fundamentó en una reflexión sobre los efectos del periodo postpandemia, reconociendo que la prioridad inicial estuvo en el bienestar emocional de los estudiantes, dejando en segundo plano ciertas exigencias académicas. Esta priorización, aunque necesaria, generó vacíos que debían ser atendidos con urgencia y sensibilidad.

Una observación personal que resultó clave fue el bajo desempeño detectado en comprensión lectora desde la época de clases remotas. Esta situación obligó a retomar objetivos de aprendizaje (OA) de niveles anteriores, lo que generó un retraso significativo en la planificación del año en curso.

De las distintas reflexiones surgió una propuesta innovadora: la creación de una actividad lúdica denominada El tren de la lectura, que se aplicaría una vez por semana. Esta estrategia fue diseñada para ofrecer a los estudiantes experiencias de lectura atractivas, no estructuradas rígidamente, para fomentar el disfrute de los textos. La actividad consiste en un pequeño tren didáctico que recorre los cursos y lleva libros seleccionados según la edad y nivel lector. Se planificaron sesiones breves, de no más de 15 minutos, para asegurar la atención de los estudiantes sin saturar su jornada.

Los textos se escogieron cuidadosamente considerando temáticas significativas para los niños y niñas, incluyendo cuentos, leyendas locales, fragmentos de obras clásicas y, también, lecturas en inglés adaptadas a los diferentes niveles. Estas actividades se complementaron con guías de comprensión lectora diseñadas para ser aplicadas después de cada lectura.

A este plan se sumó otra intervención visual y motivadora: la exposición de las portadas de los libros más interesantes en las puertas de acceso a cada sala. Esta acción buscó visibilizar la lectura como parte activa de la vida escolar, promoviendo la curiosidad lectora desde el ingreso al aula. La selección de portadas fue rotativa y participativa, permitiendo a los propios estudiantes recomendar títulos y contribuir a la ambientación literaria del establecimiento. Esta estrategia ha generado conversaciones espontáneas sobre libros, fomentando un entorno lector en todos los cursos y niveles.

Los primeros resultados han sido esperanzadores. A mitad de año se han observado avances notables en las habilidades de comprensión, y los estudiantes muestran entusiasmo ante la llegada del tren lector. En el área de inglés, por ejemplo, se ha visto un aumento del interés por continuar leyendo más allá del extracto trabajado en clase. Estudiantes de niveles superiores han comenzado a explorar versiones completas de obras sugeridas en el currículum y, en algunos casos, incluso han pedido ampliar el fondo bibliográfico disponible.

En cuanto a las estrategias aplicadas, resultó muy exitosa una dinámica que consistía en subrayar información explícita por párrafo, identificar ideas principales y elaborar un breve resumen. Esta técnica permitió mejorar la capacidad de los estudiantes para localizar y organizar información, además de fomentar su autonomía lectora.

Asimismo, se incorporó una actividad con participación familiar que consistía en recopilar historias y leyendas locales. Esto fortaleció los lazos con el entorno y generó interés por la identidad y el patrimonio cultural.

Finalmente, el impacto más significativo ha sido el cambio de actitud de los estudiantes frente a la lectura y el aprendizaje. Se ha fortalecido su compromiso personal con los objetivos de aprendizaje, y han desarrollado mayor confianza para expresar sus ideas y opiniones dentro del aula. El vínculo docente-estudiante se ha visto enriquecido, consolidando un entorno propicio para el desarrollo integral.

Esta experiencia ha sido profundamente enriquecedora a nivel profesional, permitiendo redescubrir el valor de adaptar las estrategias pedagógicas a las necesidades reales del contexto y del alumnado. Reafirma la importancia de seguir reflexionando sobre la práctica docente y de mantenerse siempre abierto a nuevas formas de enseñar y aprender.

Fecha Última Corrección: 
Lunes, 21 Julio, 2025 - 11:20
Fecha Última Revisión: 
Lunes, 4 Agosto, 2025 - 08:04
Cantidad de Revisiones: 
2