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Sin groserías

                          ¿Qué hay de malo en decir groserías?

 

               “Yo quería ser como mis compañeros. No pensé que fueran malas las palabrotas, pues las oía en el colegio , en casa… en todas partes”. – Era el comentario que oía decir de una niña en el colegio .

                ¿Alguna vez han notado que, el que los adultos usen un lenguaje vulgar suele verse bien hasta cierto punto, pero resulta escandaloso cuando está en boca de los jóvenes? ¿Será acaso la edad un factor importante?

                 Puede ser, algunas veces suele haber una marcada diferencia y otras pareciera ser algo normal entre todas las personas; tal vez en algún punto también deberíamos pensar en el contexto, situaciones, culturas, etc. Entonces, la pregunta es: ¿ Qué hay de malo en decir groserías?

 

                                Bajo la presión del lenguaje vulgar

 

                  Conforme pasan los años, se vuelve más común que desde los pequeños hasta adultos hablen con palabrotas. Algunos jóvenes comentan que si les dieran una moneda por cada palabrota que oyen en el colegio ,  serían ricos. Es verdad, si tienen la oportunidad de ir al colegio , creo que no será para nada difícil que vean como nos bombardean con groserías.

                  Así que, detente un momento y piensa, si es tu caso, por qué hablas asi?? Tal vez, una vez que lo sepas, si te lo propones puede resultar más fácil deshacerte de este mal hábito. He aquí algunas preguntas que pueden ayudarte a encontrar la razón…

¿Por qué digo groserías la mayoría de las veces?

  • Por enojo o frustración
  • Para llamar la atención
  • Para ser como mis amigos
  • Para desafiar la autoridad
  • Para que me respeten
  • Otras razones

¿Cuándo tiendo más a hacerlo?

  • En el colegio
  • En la calle con mis amigos
  • En correos o mensajes
  • Cuando estoy solo

¿Qué excusas doy?

  • Mis amigos lo hacen
  • Mis padres lo hacen
  • Se oyen en cualquier lugar
  • No es grave, son palabras
  • Solo lo digo con personas a las que no les molesta

 

 

¿Deseas realmente quitarte esta costumbre? ¿Por qué? Analicemos lo siguiente.

 

 

                                    No son solo palabras

                   El lingüista James V. O’ Connor nos dice: “Quienes dicen groserías normalmente son desagradables, críticos, cínicos, iracundos, conflictivos y quejumbrosos”. Por otra parte si reflexionamos, las personas que no suelen decir groserías son personas más tranquilas, maduras y que encuentran otras maneras y palabras para expresar lo que sienten. Por todo lo anterior, no estaría mal si nos preguntamos qué clase de persona preferimos ser???

                   Sabemos que vivimos en un mundo donde tener una buena imagen es esencial para sobrevivir, y sin imaginarnos, el lenguaje que usamos puede impresionar más que el cómo nos vestimos o cómo nos vemos, puede influir desde conseguir o no un empleo, si te eligen como amigo o en que tanto te respetan. Seguramente alguna vez les ha pasado que conocen a alguien cuya buena apariencia se desvanece en cuanto abre la boca.

                   Han podido darse cuenta que hay varias razones de peso para dejar de usar groserías en nuestro vocabulario, sin embargo, si estamos en contacto con ellas en casi cualquier lugar al que vayamos, puede ser difícil, por eso he aquí algunos consejos que espero puedan ayudarlos:

  • Averigua por qué motivo dices groserías.
  • Ten muy clara la razón por la que ya no quieres decir groserías, lo más seguro es que si no sabes el motivo no dejarás de hacerlo.
  •  
  • Un idioma, difícilmente terminamos por aprenderlo en su totalidad, no importa si es tu lengua materna, hay sin fin de palabras que si te esfuerzas encontrarás otras con las cuales expresarte.

                    Si logras dejar este mal hábito estoy casi segura que tu autoestima va a mejorar, tu autodominio y por consiguiente tu seguridad y el respeto de los demás hacia a ti.