La actividad en aula debe ser cada vez más activa y menos impositiva. Desde luego, previendo los riesgos de fuga de la intencionalidad de la planificación,cuando los alumnos adquieren la confianza para proponer.Si trabajamos orientados por un Modelo Didáctico que nos permite orientar nuestro propósito educativo, desde los referentes comunidad educativa,proyecto institucional,planes y programas ajustados a las exigencias del currículo, a las características de los educandos y de su contexto más cercano, a los recursos tecnológicos, etc. estaremos cada vez más cerca de lograr el propósito de la educación de calidad.
La actividad en aula no debe convertirse en un mero "activismo". Por esto, el primer peldaño en la actividad comprometida del estudiante en su propio aprendizaje es LA MOTIVACIÓN, este principio de involucramiento del ser humano en aquello que le interesa poner atención o hacer .Es el "estar ahí" de los alumnos. ¿Cuándo están ahí? Cuando nuestra planificación de aula cobra sentido para ellos (as). Cuando explícitamente le hacemos saber y sentir para donde se encaminan nuestras intenciones pedagógicas, cuál es el sentido que tiene para nosotros, educadores enseñar de "esa cierta manera" los contenidos, habilidaes y destrezas en los diferentes sectores de aprendizaje.
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